El ruido y los destellos de la pirotecnia pueden causar estrés, ansiedad y problemas auditivos, especialmente en niños, adultos mayores y personas con condiciones como autismo o trastornos de ansiedad, dislexia y déficit atencional con hiperactividad.
En animales el uso de la pirotecnia genera taquicardia, temblores, falta
de aire, náuseas, aturdimiento, pérdida de control, miedo y
muerte.
Si alguien la pasa mal no es una fiesta, seamos responsables, para que todos celebremos con tranquilidad.
