Cuando se cayó, dolió en el alma de cada esquinense. Pero como nos enseñó el Diego, los pueblos no se rinden: se levantan, pelean y vuelven más fuertes. 
Hoy nuestra costanera luce renovada, con el río como testigo, los lapachos florecidos y la ciudad de fondo mostrando que Esquina está de pie. Muy pronto volveremos a transitarla, a caminarla, a compartir mates y a contemplar los atardeceres más lindos del mundo. 
Este tramo lleva el nombre de Diego Maradona, hijo de este suelo con raíces y familia que por generaciones nos acompañan. Porque Diego es pueblo, y este pueblo también sabe gambetear la tristeza para convertirla en alegría. 
La costanera vuelve a ser nuestro orgullo. ¡Esquina crece, Esquina vibra, Esquina siempre con vos! 
