
Una propuesta construida en conjunto entre el equipo del Centro de Salud, el Área de Ambiente de la Comuna y el Programa de Pluralismo Médico (CONICET–UNC), que culminó tras siete meses de camino compartido.
El objetivo fue claro y potente: co-crear un botiquín natural comunitario a partir de los saberes de vecinas y vecinos, reconociendo el valor del conocimiento popular en los procesos de salud y enfermedad.
Durante los siete encuentros:
Recuperamos memorias familiares sobre plantas medicinales
Compartimos cosmovisiones ancestrales
Reconocimos nuestra flora autóctona
Creamos un herbario colectivo
Elaboramos medicinas como ungüentos, bálsamos, infusiones y repelentes
Esta experiencia sensible y enriquecedora refuerza nuestra convicción sobre el valor de los procesos que nacen y se desarrollan en el entramado entre salud pública, comunidad, ambiente e investigación.